12 junio 2013

No había café.


Bebo de un elegante pocillo tintero
un poco de vino,
oh! que elegante, pero no había café.

Vale la pena cada sorbo dado,
esa explosión de sabores en mi lengua,
que alborota  mis papilas gustativas,
con  sensaciones  agridulce de la uva y el toque de alcohol
-que delicia,- es excitante.

Pero todo esto es raro
mi bebida toma la ruta de faringe, al esófago y se desvía a mi corazón...
duele pero me llena,
-que agradable sensación-.

Solos mi bebida y yo,
bajo una noche oscura,
viendo como la luna nos sonríe a lo lejos
mientras aquí  mi alma llora
y se consuela con sabores de la agridulce uva,
"Es miércoles, si, lo sé,
pero podría llamarse de cualquier otro modo, creo que da igual"(Ernesto Perez Vallejo)
hoy es un día, en que utilizo el alcohol para olvidar,
 -no había café-
y buscaba una  salida.

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